Sin fechas precisas para el inicio formal de la negociación con el Fondo Monetario Internacional hacia un acuerdo nuevo, el calendario con el organismo seguirá en las próximas semanas con el inicio de la novena revisión de metas, que evaluará el cumplimiento de los objetivos de junio y que el Gobierno asegura que tiene sobrecumplidos. Esta semana impactará en las reservas el pago al FMI por USD 840 millones y las arcas quedarán en terreno negativo por cerca de USD 4.000 millones.
Los próximos pasos con el Fondo Monetario en términos de conversaciones para conseguir un programa financiero nuevo y que incluya desembolsos netos son por el momento inciertos. El secretario de Hacienda Carlos Guberman había anticipado en comisiones del Senado que “no hay negociaciones en este momento” con el organismo, e Infobae pudo reconstruir en base a fuentes oficiales que ese paso formal todavía no tuvo lugar y no tiene fecha concreta.
Una de ellas podría ser la revisión técnica que debería comenzar en las próximas semanas, la novena y anteúltima de este programa Extended Fund Facility (EFF). Es la misión que tendrá como objetivo examinar el cumplimiento de las metas de reservas y superávit del junio. En el equipo económico aseguran que las dos métricas principales que conforman la columna vertebral del acuerdo vigente estarán sobrecumplidas, por lo que desestiman que el intercambio técnico con el staff que precederá a un nuevo desembolso -serían en esta instancia USD 530 millones– conlleve alguna dificultad.
El secretario de Hacienda Carlos Guberman anticipó la semana pasada en comisiones del Senado que “no hay negociaciones en este momento” con el organismo hacia un acuerdo nuevo
La novena revisión tenía como fecha orientativa el 10 de agosto según el último informe de staff, pero en la primera quincena de este mes las burocracias de los organismos internacionales estarán en vacaciones de verano en los Estados Unidos, por lo que el ida y vuelta podría comenzar recién en la segunda parte de agosto.
A grandes rasgos, el Poder Ejecutivo deberá mostrar una acumulación de reservas de USD 10.900 millones en comparación con diciembre de 2023. La meta de acopio de divisas se complicaría, más bien, en este tercer trimestre. “La meta comprometida con el FMI asume la acumulación de USD 8.700 millones al 30 de septiembre. Hasta ayer (en referencia al jueves) llevaba acumulado USD 5.800 millones por lo que (…) el cumplimiento luce desafiante”, mencionó un informe de la consultora LCG.
Con todo, esta semana impactará en la cuenta de reservas el último giro al Fondo Monetario, por USD 840 millones que corresponden a tasas de interés. Un cálculo hecho por la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia estimó que, según la metodología de contabilidad del propio FMI, las reservas netas ya quedarían cerca de los USD 4.000 millones negativas. Y de acuerdo a la consultora 1816, al sumar en la cuenta los pagos de Bopreal -el bono en dólares del BCRA- de los próximos doce meses, esa cuenta ascendería a USD 5.000 millones en negativo.
La pregunta que sobrevuela entre los analistas del mercado, aún en este contexto en que la negociación formal con el FMI parece enfriarse, es qué podría exigir el organismo como parte de un programa nuevo. Una pista podrían darla los últimos acuerdos de este tipo que haya firmado el Fondo Monetario, un ejercicio que realizó la consultora FMyA al analizar los convenios con Egipto, Pakistán y Etiopía, este último la semana pasada.
En el equipo económico aseguran que la meta de fines de junio de reservas y de superávit serán sobrecumplidas, por lo que desestiman que el intercambio técnico con el staff que precederá a un nuevo desembolso -USD 530 millones- conlleve alguna dificultad
“El Fondo va a pedir algún esfuerzo extra para conceder nuevos desembolsos. Basándonos en los arreglos con los tres países, eliminar los controles de cambios muy probablemente sea una condición ineludible para acceder a un nuevo acuerdo y más desembolsos. Como el gobierno ya tiene como objetivo levantar el cepo y eliminar el impuesto país, esta no debería ser una traba. También será importante cumplir las metas en las dos revisiones que restan del programa actual”, planteó esa consultora.
“En este sentido, la gestión actual viene mostrando un fuerte compromiso con la sostenibilidad de las cuentas fiscales, el saneamiento del balance del BCRA y la normalización de la política monetaria; solamente la meta de reservas netas para septiembre luce comprometida”, mencionó FMyA.
“Por todo esto, creemos que la posibilidad de llevar adelante un nuevo acuerdo con el FMI es viable, y que lograrlo sería beneficioso para el país. Con los vencimientos de deuda ya despejados para 2025 y mitad de 2026 (si se confirma el Repo), los nuevos desembolsos podrían ser usados ya sea para atender los vencimientos del acuerdo firmado por (Alberto) Fernández, despejar los vencimientos de deuda soberana más allá de 2026 o fortalecer las reservas netas del BCRA para terminar de sanear su balance”, concluyeron.
En una situación de fragilidad de reservas, la cuestión de los tiempos no es menor respecto a la llegada de dólares frescos del FMI. Si tal como indican desde los despachos oficiales la negociación aún no arrancó y las perspectivas son las de un acuerdo aún lejano, cabe la pregunta sobre si el Gobierno espera tener un guiño político desde la Casa Blanca en caso de una victoria republicana en las elecciones de noviembre.
“El número mágico siempre está en USD 15 mil millones, pero sin mucho sustento. Vale recordar que aún ganando (Donald) Trump, el cambio de gobierno en EE.UU. es el 20 de enero. También los tiempos de la burocracia del FMI y que el acuerdo alcanzado tiene que pasar por el Congreso argentino. Ni que hablar que no luce razonable pensar en desembolsos para sacar el cepo con este nivel de atraso cambiario y con esta concentración de vencimientos de la deuda”, planteó un informe de EcoGo.
“Un nuevo programa requeriría una recalibración del esquema económico (dólar, crawling, tasa de interés), una lupa sobre la sostenibilidad de la deuda sin cepo y una agenda de reformas estructurales”, concluyeron al respecto.
En ese sentido, midieron que el próximo solo aparecen en el calendario pagos de intereses al FMI -no de capital- por casi USD 3.000 millones. Las amortizaciones comenzarían a ser pagadas desde 2026. “En principio si el objetivo del organismo es no aumentar la exposición a la Argentina, los desembolsos de arranque serían a cuenta de las amortizaciones como ocurrió con el programa negociado por Guzman a principios de 2022 para refinanciar los vencimientos del crédito contraído durante la gestión anterior”, cerró EcoGo.