“¿Por qué deberíamos relanzar el gobierno si acabamos de obtener una victoria que nadie creía?”, se preguntó anoche una alta fuente oficial, horas después de la aprobación general de la Ley Bases y del paquete fiscal en el Senado, una sanción muy festejada en Casa Rosada que le permitió a Javier Milei no solo celebrar el trabajoso triunfo legislativo si no dejar atrás, al menos de manera momentánea, los días más aciagos desde que se hizo cargo del gobierno.
El propio presidente, sin embargo, había planteado el mes pasado, en las horas previas a la salida de Nicolás Posse, que pondría “en revisión” a todo su gabinete y que, una vez definida la suerte de la Ley Bases en el Senado, realizaría “una evaluación de resultados” para definir “qué funcionó y que no”.
En esa entrevista, Milei anunció además que Federico Sturzenegger desembarcaría formalmente en su equipo, sin mayores precisiones. Días más tarde, en paralelo a ese anticipo, el ex jefe de Gabinete salió eyectado del gobierno y algunos de sus colaboradores, en particular la ministra Sandra Pettovello, quedaron salpicados por una batería de trascendidos que, en las últimas horas, e incluso tras la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal, todavía permanecían vigentes.
“Por ahora no hay ninguna definición adicional de cambios”, resaltaron ayer en fuentes oficiales con Milei recién aterrizado en Bari, Italia, adónde llegó para participar de la cumbre del G7.
Por estas horas, Sturzenegger preparaba su llegada al gobierno, casi seguro como ministro del gabinete. “Se está resolviendo qué áreas tendrá bajo su cargo”, explicó a este medio un dirigente que conversó esta semana con el ex presidente del Banco Central macrista y que, según abundó, lo vio muy enfrascado en la organización de su retorno a la función pública. El ex funcionario quiere revancha: tras su paso fallido por la administración de Cambiemos, está decidido a avanzar al máximo contra el sistema tradicional. Quiere desplegar un programa de desregulación del Estado.
Hasta ahora, Sturzenegger, el ideólogo del DNU 70 rechazado por el Senado y uno de los cerebros del paquete de leyes aprobado en general entre el miércoles y el jueves por la Cámara alta, funcionó para Milei como un asesor estratégico sin cartera. Partícipe de las principales decisiones. De consulta permanente. Un estrecho colaborador, mimetizado con las ideas libertarias.
Tanto que, de hecho, en las últimas semanas trascendió la posibilidad de que el ex funcionario ocupara el despacho que Posse dejó liberado cuando el presidente le pidió la renuncia, hace poco más de quince días. “Lo tiene que ocupar alguien afín”, aseguraron desde Presidencia. Según confiaron, la oficina contigua a la de Milei esperaría por Karina Milei, la influyente secretaria General de la Presidencia.
El jefe de Estado y Sturzenegger se adeudan una conversación para los próximos días, después del sábado, cuando el mandatario regrese de su gira por Italia y Suiza, para terminar de definir las atribuciones que, de no mediar imprevistos, el ex funcionario macrista tendrá como ministro. El equilibrio que deberá ejercer con Luis “Toto” Caputo, el ministro de Economía, y las áreas que pasará a controlar.
El seguro desembarco de Sturzenegger es, por estos días, una de las pocas certezas en un gabinete que desde hace semanas está sumergido en un mar de rumores.
En ese contexto, sobresale la ministra de Capital Humano. Anoche, volvieron a arreciar las versiones. Según pudo saber este medio, motivadas por la denuncia realizada por la propia Pettovello por el supuesto intento de intrusión en su domicilio de la zona oeste del Gran Buenos Aires que, según concluyeron los investigadores, no arrojó ningún elemento de prueba en ese sentido: solo un alambre roto cuya motivación no pudo ser consignada.
En Casa Rosada hubo alguna molestia con la sobreactuación del episodio que el propio presidente denunció desde sus redes. Según resaltaron, no solo por parte del entorno presidencial, si no también de Milei.
Lo cierto es que, más allá de ese evento, la renuncia masiva de funcionarios en Capital Humano, la polémica judicial por la inacción en la entrega de alimentos por parte del ministerio y la investigación por la contratación a través de la Organización de Estados Iberoamericanos obligaron a Milei a respaldar con vehemencia a la ministra durante una semana. Es decir, a tirarse encima de la granada para minimizar la explosión cuando estalle.
En medio de ese operativo, Pettovello, según trascendió, insistió con la posibilidad de dejar el ministerio, abrumada con la gestión, más allá de la serie de denuncias que motorizó, fundamentadas en un buen número. Se analizó, por caso, la opción de irse a la Oficina Anticorrupción, desechada por el presidente.
La andanada de versiones alrededor de la ministra empezó a acentuarse cuando Pablo de la Torre fue echado de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, y denunciado en la Justicia por supuestas irregularidades en la contratación a través del sistema OEI. Desde ese momento, el ex funcionario guardó silencio, y planea volver a su profesión como médico pediatra. Su hermano Joaquín, senador bonaerense, aún aguarda, por el contrario, por una convocatoria formal al gabinete. A pesar de las sospechas judiciales sobre su familia impulsadas por Capital Humano. El ex intendente mantuvo hace más de una semana conversaciones con el entorno presidencial.
En el caso de Diana Mondino, que no fue invitada por Milei para participar de las reuniones del G7 de estas horas en Italia, frente a las costas del mar Adriático, ayer todavía se especulaba en Cancillería con el futuro de la ministra que el miércoles se reencontró con el jefe de Estado en una presentación en un hotel. Se dieron un abrazo. Se reencontrará en Suiza, en la cumbre por la paz en Ucrania.
Según fuentes oficiales, la canciller mantuvo una charla con el estratega Santiago Caputo en los últimos días, cuando empezaron a esparcirse las versiones sobre su posible salida después de la polémica por la ausencia sobre la hora de Milei en la reunión con embajadores, molesto por la presencia del representante de Palestina. “Fueron puros rumores”, intentaron relativizar anoche desde el gobierno, a pesar de las insistentes versiones sobre el futuro de la ministra. Incluso empezó a rodar una danza de nombres.
Por el contrario, la sanción general de la Ley Bases y el paquete fiscal, con la que el gobierno recuperó la iniciativa política, en una semana atravesada otra vez por buenas noticias para Milei -el índice de inflación de mayo, del 4,2%, y la revisión del FMI, entre otras-, revalidó el rol de Guillermo Francos, hiperactivo como negociador, desprejuiciado en cuanto a los ofrecimientos, en torno al paquete de leyes aprobado en la Cámara alta.
Francos reemplazó a Posse y, con él, a un sistema de toma de decisiones en el control de la gestión diaria poco exitoso. Francos delegó todo lo que pudo desde que asumió en su lugar. Posse, en cambio, intentó mantener un control férreo sobre todas las áreas, y se inmiscuyó en temas de extrema sensibilidad, vinculados al entorno presidencial, que aceleraron su salida. Ayer por la mañana, al ex funcionario se lo vio sin apuro en el gimnasio del club que frecuenta. Silvestre Sívori, por su parte, el ex interventor de la AFI que se fue de la gestión en el mismo momento que Posse, se fue de viaje. El abogado ya había querido renunciar en alguna oportunidad, incómodo por el rumbo de la gestión.
Antes de irse, mantuvo varias reuniones de transición con Sergio Neiffert, el nuevo jefe de la AFI que diseña el plan de acción para la agencia. Y que responde a Caputo, cada vez más decisivo en todo el gabinete. En los hechos, el consultor quedó a cargo del gobierno en estos días, mientras los hermanos Milei estén de viaje por Europa.