Sudor, arena dorada y batallas que se libran para sortear la libertad propia y la ajena. Gladiator, la película dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Russell Crowe (que nunca fue la predilecta de los profesores de Historia por su libre interpretación de los hechos), convirtió el Coliseo romano en una cinta digna de alzarse con el Oscar en la categoría de ‘Mejor película’. Más de dos décadas después, el director británico (que el año pasado estrenó la criticada Napoleón junto a Joaquin Phoenix, que interpretó al general Cómodo en la primera entrega) regresa con una secuela que llegará a las salas en noviembre.
Gladiator 2, que contará con las interpretaciones de Paul Mescal, Pedro Pascal, Joseph Quinn, Denzel Washington o Connie Nielsen, ha generado gran expectación desde que iniciase su rodaje, y no solo por cómo se ha ido complicando su producción y aumentando su presupuesto. La cinta es una de las más esperadas de un año en el que, quitando Dune: Parte 2 y Del Revés 2, la taquilla se presenta huérfana de grandes blockbusters a causa de la huelga de guionistas y actores que tuvo lugar en Hollywood el año pasado.
En la película original, Máximo es un general romano que, tras una serie de traiciones, se convierte en gladiador y lucha por su vida en la arena. Su historia culmina con una trágica muerte que deja una huella profunda en los personajes que lo rodean y, aparentemente, en la narrativa de la secuela. En ella, Mescal interpreta a Lucio, hijo de Lucilla (Nielsen), hermana de Cómodo.
En Gladiator, Lucio es presentado como un joven impresionado por el valor y el honor del antiguo legionario. En la secuela, esa admiración parece haberse transformado en una determinación por seguir sus pasos. Gladiator 2 no pretende ser una mera repetición de la original sino una expansión del universo creado por Ridley Scott. Con un guion escrito por David Scarpa, la película introduce una nueva trama independiente mientras mantiene la esencia de su predecesora. No es el único homenaje a la película original, ya que el largometraje se ha rodado en el mismo coliseo donde se ambientó, hace más de veinte años, la anterior entrega.
Joseph Quinn, que también forma parte del renovado reparto, ha hablado con Men’s Health sobre la nueva cinta y cómo esta pretende, no sólo mantener la esencia de la original, también respetar su trayectoria como película de culto. “Éramos conscientes del legado de Gladiator, así que queríamos rendirle homenaje, y entender que es una de esas películas que emociona a mucha gente, yo incluido”, ha indicado el intérprete, conocido por su participación en Stranger Things o la recién estrenada Un lugar tranquilo: Dia 1.
“Fue una experiencia extraordinaria. Volver a acercarnos a ese mundo resultaba un poco intimidatorio, pero también muy emocionante. En ella interpreto a uno de los emperadores y fue una experiencia realmente increíble. Eso es todo lo que puedo decir”, ha continuado el actor en dicha entrevista.
Un nuevo ‘Gladiator’
Aunque Máximo no puede regresar en la secuela debido a su muerte en la primera entrega, Gladiator 2 parece adaptar una narrativa que honra y extiende su legado. Hace unos días, el Daily Mail publicaba unas imágenes de Paul Mescal en el rodaje de la nueva entrega. En ellas se podía ver al actor irlandés vistiendo una armadura muy similar a la de Máximo en Gladiator.
La semejanza en la armadura de Lucio no sólo es un guiño a los fanáticos de la original, también es una prueba de que la influencia del personaje interpretado por Russell Crowe perdura dos décadas después. Esto se refleja en la motivación de Lucio, que viste de manera similar y se enfrenta a sus enemigos con la misma fiereza que su ídolo. “Sin duda, se comprometió mucho con el aspecto físico de su personaje. Se ve en la pantalla”, ha explicado Quinn en Men’s Health sobre la transformación física del intérprete de Normal People.
