Con su imponente fortaleza y rodeado de un entorno natural excepcional, la localidad de Moclín se alza como uno de los pueblos más especiales de Granada. Esta se enclava en una región, cuyo origen se remonta a la prehistoria, tal y como lo reflejan las diferentes pinturas rupestres que se pueden encontrar en las cuevas que inundan sus alrededores, como son el Abrigo de Concuela, la cueva de las Vereas o la de la Araña. A esto hay sumar los diferentes vestigios romanos y árabes que también se reparten por el entorno.
Todo esto se puede conocer gracias a la ruta del Gollizno, un sendero que recorre todos los tesoros de la localidad, así como impresionantes joyas naturales como el Tajo de la Hoz y su presa. Pero esto no se queda aquí, pues el camino discurre a través de pasarelas colgantes y puentes de madera, así como miradores, ermitas y varias fuentes, dando lugar a una actividad que es perfecta para un fin de semana. Así, su nombre oficial es PR-A 84 y cuenta con una distancia de unos ocho kilómetros de longitud, en sentido circular. Su dificultad es baja, por lo que es perfecto también para hacer en compañía de a familia y amigos.
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Puentes y pasarelas colgantes
El recorrido comienza en la misma localidad de Moclín, concretamente desde la calle Ciudad Real. Durante los primeros kilómetros el viajero se adentra en un profundo olivar que se enmarca dentro del valle del río Velillos y donde se puede contemplar la ermita de las Angustias. A su vez, desde el mirador de Olivares se pueden disfrutar de unas maravillosas vistas de Sierra Nevada y este primer tramo también permite obsercar la fuente de la Buena Ventura.
Seguidamente, sin llegar a Olivares, se encuentra el área recreativa del pueblo, y cruzando ya la localidad se llega hasta el primer puente colgante de madera que es la puerta de entrada a los Tajos de la Hoz. Este paraje abrupto y marcado por la garganta que forma el río es uno de los puntos más atractivos del sendero. Esto es gracias a que es aquí donde el visitante debe cruzar numerosos tramos sobre pasarelas ancladas a las paredes del cañón.
Fuentes y pinturas rupestres
A su vez, ascendiendo por una empinada vereda, los senderistas se topan con un hallazgo que aúna naturaleza e historia: la fuente de la Corcuela. Esta parada, no lejos de unas cuevas que albergan antiguas pinturas rupestres, es ampliamente reconocida por los residentes de la zona. Además, cerca de la fuente, se puede observar un peculiar surco que forma una doble espiral, diseñado ingeniosamente para la entrada y salida de agua, lo que añade un elemento de interés adicional para quienes hacen una pausa en su camino para refrescarse o simplemente disfrutar del entorno.
En este punto, el viajero tiene la opción de desviarse hacia las cuevas cercanas para admirar las pinturas rupestres del Neolítico o pueden optar por proseguir su camino de regreso hacia Moclín, adentrándose en pinares que eventualmente los conducirán hasta la ermita de San Antón. Desde la ubicación de la ermita, se despliegan vistas panorámicas de la fortaleza de Moclín y sus antiguas murallas.
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La ruta culmina en este pueblo, donde los visitantes pueden explorar otros puntos de interés como la iglesia de la Encarnación, construida en el siglo XVI, y el mirador de la Mesa Redonda, que ofrece panorámicas impresionantes de la comarca. La combinación de patrimonio histórico, belleza natural y facilidad de acceso hace de la ruta del Gollizno una parada obligatoria para quienes visitan la provincia de Granada.
Cómo llegar
Desde Granada, el viaje hasta Moclín es de alrededor de 40 minutos por la vía N-432. Por su parte, desde Jaén el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 5 minutos por la carretera A-44.