Nació el mismo día que Messi y el mismo día que Fangio. Tal vez por eso el destino lo tentó con ambas pasiones. Pero al destino a veces le ganan las raíces, y su historia se forjó entre “fierros”: Las Parejas, un pequeño pero vibrante pueblo en Santa Fe, es el corazón de la industria de maquinaria agrícola en Argentina. Ahí nació Facundo Ardusso.
En este rincón del país, donde cada amanecer encuentra a sus habitantes camino a las fábricas que alimentan su comunidad, nació y creció uno de los pilotos de automovilismo más destacados de la actualidad. Aquí, la vida no se mide solo en kilómetros por hora, sino también en la potencia de los motores y la resistencia de quienes los manejan. Facundo, con su pasión por la velocidad y su historia profundamente conectada al campo, es un verdadero reflejo de esta tierra.
Perdón, Messi, pero eligió a Juan Manuel
Desde muy pequeño, Facundo mostró una inclinación natural por los fierros. Si bien comenzó jugando al fútbol en el como enganche derecho en el club de su pueblo, su verdadero amor siempre fue el automovilismo. “Toda la vida me gustaron más los autos que jugar a la pelota”, confiesa. A pesar de las limitaciones económicas que lo llevaron a probar suerte en el deporte de Messi, su destino estaba en los circuitos, no en las canchas.
La oportunidad de probarse en River Plate fue un hito en su juventud. A los 8 años, Facundo ya demostraba habilidades notables en el fútbol, jugando en las infantiles de Sportivo Las Parejas. Su talento lo llevó a las inferiores y finalmente a la primera del club. En 2005, cuando River Plate organizó una prueba de talentos en su ciudad, Facundo y dos de sus compañeros fueron seleccionados. “Fuimos a River, estuvimos tres días en la pensión y quedamos seleccionados para la prueba definitiva. Ver el Monumental fue impresionante, porque, además, soy hincha”, recuerda. Sin embargo, mientras sus compañeros continuaron, Facundo decidió no presentarse a la prueba final. En ese momento, su corazón ya estaba en el karting.
“En 2005 empecé a correr en karting y no quería dejar de correr para seguir jugando al fútbol. Seguí mi instinto y mi pasión”, relata Ardusso.
Ya se veía que sus maniobras eran osadas pero firmes, dignas de un piloto destinado a una carrera impresionante en el automovilismo.
Momento de entrar en Boxes
Detrás de un gran piloto, hay una gran preparación: “El entrenamiento del piloto es físico y mental. Hago bicicleta, ejercicios de fuerza y uso simuladores, que es una aproximación de la realidad en una computadora con volante con pedalera, para trabajar la flexibilidad mental, la reacción, la concentración y la memoria”, detalla.
Avanzar a toda máquina
El camino de Facundo no ha estado exento de desafíos y momentos difíciles. Su relación con el campo es directa y profunda: Las Parejas es la capital nacional de las pymes agroindustriales, en el pueblo se producen todo tipo de implementos y maquinaria agrícolas; como muchas otras comunidades agrícolas, depende del éxito del campo. “Cuando al campo le va bien, a la ciudad le va bien. Cuando al campo le va mal, a la ciudad le va muy mal”, explica Ardusso. Hubo épocas en las cuales la sequía no solo golpeó los cultivos, sino también la economía familiar, ya que su padre, dueño de una fundición de acero, es proveedor de maquinaria agrícola. “Además, la sequía afectó la continuidad con muchos de mis sponsors que estaban relacionados con la agroindustria” recuerda. Sí, algunos patrocinios se fueron, pero él siguió manejando a toda máquina, porque, si avanzás, tanto en el campo como en la pista, el paisaje siempre cambia.
Iban a haber más curvas.
En 2008, Facundo sufrió un grave accidente en Alta Gracia, que le causó múltiples lesiones: perforación de intestino, fisura de pelvis, fractura del dedo índice derecho, golpe en el cóccix y corte en la ceja izquierda. “Nunca pensé en dejar de correr”, afirma con determinación. Y él siguió manejando. Porque la resiliencia es parte de su historia y de su pueblo. Lleva en su sangre la idea del trabajo duro y la perseverancia para soportar sequías, incertidumbre y malos pronósticos. Y lo maneja, porque supo y sabe, manejar.
Crédito: Súper TC 2000 ( /)
Y al final, hay recompensa
Su tenacidad lo llevó a logros significativos. En 2009, se consagró campeón de la Fórmula Renault Argentina, lo que le abrió las puertas al TC 2000. Su trayectoria en esta categoría y en el Turismo Carretera fue meteórica, destacándose por su velocidad y habilidades en la pista. En 2012, hizo historia al romper récords de velocidad en el Súper TC 2000 en Rafaela, y en 2014, logró su primer triunfo en el Turismo Carretera en Termas de Río Hondo. Pero no todo fue fácil; en 2017, quedó subcampeón en el Turismo Carretera, duro golpe que tuvo su recompensa 7 días después, cuando se consagró campeón del Súper TC 2000 con Renault Sport Argentina y repitió el título en el Súper TC 2000 en 2018, consolidándose como uno de los grandes del automovilismo argentino.
Mirando hacia adelante, Facundo no pierde de vista sus metas. “El sueño que tengo por cumplir es ser campeón de Turismo Carretera y trabajamos para eso todos los días”, declara.
Con cada carrera, Facundo no solo se enfrenta a sus rivales en la pista, sino que también honra sus raíces y su comunidad, demostrando que la determinación y el amor por los fierros pueden superar cualquier zig zag del destino.
En Las Parejas, donde la industria de maquinaria agrícola es el alma de la comunidad, su carrera simboliza la lucha y la perseverancia de un pueblo que se levanta cada día para enfrentar los desafíos con la misma fuerza y determinación que su piloto más famoso.
Facundo es más que un campeón; es un ejemplo de cómo seguir los sueños, confiar en la intuición y poner primera cuando hay que parar, pero no tener miedo a acelerar si tu instinto te dice que hay que poner quinta.
Habrá que hacerle caso, nació el mismo día que todos nuestros ídolos deportivos. Elijo creer.
