Pilar Mazo
Logroño, 14 jul (EFE).- El sector turístico ofrece cada vez más experiencias personalizadas capaces de satisfacer los intereses de grupos reducidos, lo que nos lleva a encontrar propuestas tan especializadas como, por ejemplo, los viajes para consumir alimentos sin gluten o, incluso, visitar lugares destacados por haber sido escenario de muertes (tanatoturismo), como Chernóbil.
Así lo explica en una entrevista con EFE Asier Baquero, director académico del Máster en Innovación en Turismo de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), quien analiza las perspectivas de este tienen este tipo de propuestas, denominadas ‘otros turismos’, dentro del contexto turístico general.
“Nos encaminamos cada vez más hacia opciones más personalizadas” que, además, constituyen “una alternativa a la masificación actual”, subraya este especialista y doctor en Ciencias Sociales sobre Nuevas Tendendencias en la Hostelería Vacacional Española.
Actualmente, sostiene, el cliente, el turista, cada vez busca soluciones que se adapten a sus gustos, busca esa diversificación y esa segmentación, ya no le sirven los viajes planificados, organizados, paquetizados, tradicionales.
El cliente busca una innovación y una diferenciación, sin renunciar a su estilo de vida, bien sea deportista o por temas alimenticios como, por ejemplo, consumir alimentos sin gluten.
“Quiere estar seguro, incluso desplazarse a ferias gastronómicas y congresos que se organizan para disfrutar de estos alimentos”, afirma Baquero.
Igualmente, el enfoque de encaminarnos hacia opciones más personalizadas, el uso de la tecnología, la innovación, ayuda a los operadores turísticos a identificar esas preferencias del consumidor y poder ofrecerle alternativas en nuevos destinos, que eliminen esa masificación, e incluso, digamos, en destinos no masificados, pero consolidados.
Por ejemplo, hay hoteles nuevos que se están abriendo pensando en este tipo de turismos, con una especialización y adaptación al cliente, e, incluso otros que se adaptan a estas demandas y han creado espacios para ello.
Pero también experiencias mucho más diferentes, relata, como visitar lugares donde ha ocurrido muertes en circunstancias diferentes, como Chernóbil en el norte de Ucrania, que no está en funcionamiento turístico desde la pandemia y la invasión rusa en el país, pero que antes de ello, recibía más de 100.0000 visitantes al año.
Chernobyl, explica, no se identifica actualmente como un destino turístico, como tal, pero cuando acabe la situación de conflicto bélico, superará esos 100.000 visitantes al año.
El cliente, cada vez más, incide este especialista, busca no renunciar a su estilo de vida, temas especializados para sus tiempos de ocio y huir de la masificación y el sobreturismo.
Busca diferentes alternativas tanto en destinos como en opciones, que les ofrezcan experiencias particulares, como deporte gastronómico, familiar, solos, individualizados que están, igualmente, en auge.
Según Baquero, las empresas turísticas se enfocan en ello y las universidades tratan también de formar a los alumnos en estos nuevos conceptos para innovar y crear opciones cada vez más personalizadas para los turistas.
Por su experiencia académica en el Máster en Innovación en Turismo de UNIR, valora que está enfocado ampliamente en el sector turístico, en empresas y destinos, pero con el enfoque en innovación en la oferta, la demanda y en aspectos que, a través de la innovación constante y permanente, deriven a ofrecer soluciones personalizadas e innovadoras para los para los turistas, concluye. EFE
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