Por: María Paula Rincón
Desde niña, Viviana ha sido una apasionada por los certámenes de belleza. “Yo tengo una pasarela impecable”, dice con total seguridad. Venezuela, su país natal, le brindó la oportunidad de coronarse como reina en dos ocasiones y ser promotora de estos concursos. Como exembajadora de la belleza y formadora de candidatas, asegura que una buena pasarela es el resultado de una combinación de poses, postura y actitud. “Las reinas deben estar seguras de lo que están haciendo porque no se ha visto la primera candidata que se haya coronado luego de una caída. Si te caes, pierdes, solo te queda respirar profundo y seguir”, puntualiza.
Sin embargo, tanto en la pasarela como en la vida, existen caídas que son inevitables. Tras una serie de dificultades, Viviana decidió migrar a Colombia en busca de una mejor calidad de vida. “Soy de Puerto Ordaz y de un tiempo para acá el trabajo organizando los certámenes se complicó, entonces decidí viajar a Caracas, una ciudad a 12 horas de mi tierra, pero me di cuenta que la situación era la misma”, recuerda la venezolana de 32 años.
Entre las crisis que agobiaban al hermano país, Villalobos destaca las múltiples dificultades para acceder a los servicios de salud, lo que le ha impedido sobrellevar una discapacidad que acompaña sus días. A los 20 años, recibió un impacto de bala en su cabeza que le hizo perder la visión de su ojo izquierdo. “Necesito una cirugía y estoy en Colombia buscando esa posibilidad”, argumenta la exreina mientras usa su cabello para cubrir su ojo con un gesto elegante y suave.
Este año, Viviana cumplirá 8 años de vivir en Bucaramanga, Colombia. “Nadie me esperaba”, insiste, pues en un impulso de arriesgarlo todo, llegó a la capital santandereana sin conocer a nadie. Como en todo inicio, adaptarse fue difícil y cuenta que hizo parte del grupo de personas migrantes que se asentó en el parque García Rovira en ese año 2016. Inicialmente, trabajó en la venta de dulces y bebidas calientes, y poco a poco se abrió paso por la ciudad. “De la venta de dulces, reuní dinero y compré un termo para vender tinto. Empecé a conocer la zona y me di cuenta que si salía a las 4:00 a.m. lograba vender suficiente y siendo una mujer trans, la gente me colaboraba mucho a pesar de que, en ocasiones, percibía algunos prejuicios”, recuerda de esos primeros meses.
En esa época, la falta de regularización de su proceso migratorio era un impedimento para acceder a un empleo formal, por lo que encontró una posibilidad de sustento en el trabajo webcam. Según la organización Caribe Afirmativo, para las personas migrantes y refugiadas LGBTIQ, el modelaje webcam resulta ser una plataforma para reunir dinero y conseguir bienes y servicios de primera necesidad, incluso, los estudios suelen convertirse en sus viviendas. Esta fue la experiencia de Viviana y aunque asegura que su estabilidad económica mejoró tenía un sin sabor y es que al permanecer interna en el estudio no podía conectar con otras personas y, “sentí que ya era hora de conocer a la comunidad LGBTIQ+ de Bucaramanga porque yo venía con un propósito y es la realización del certamen de belleza”, evoca Villalobos.
Cuando la belleza encuentra un propósito
Viviana se relacionó con varios líderes LGBTIQ+ de Bucaramanga con el objetivo de buscar alternativas para impulsar un certamen de belleza que generara impacto en una ciudad que, según las organizaciones LGBTIQ+, llevaba más de 10 años sin tener un evento de este tipo. “Yo ya lo venía haciendo en Venezuela, pero allá los reinados son de una noche, cosa que yo acá no quería hacer en Colombia. Llegué aquí con otras expectativas porque nosotros no somos una fantasía; la población LGBTIQ+ es una realidad y hoy en día los reinados de belleza para la población son respetados y legales a nivel internacional”, argumenta.
De esta manera, consiguió el respaldo de varias organizaciones para la realización de la primera edición, la Secretaría de Mujer y Equidad de Género de la Gobernación de Santander, por ejemplo, fue uno de los aliados vitales y que hicieron posible el sueño de la ex reina venezolana. Este primer certamen, que se realizó en el año 2021, tuvo la participación de 10 candidatas que debían cumplir con un requisito adicional que consistía en el desarrollo de una labor social individual en la ciudad. Según Viviana, este es un plus de su propuesta pues espera que esas iniciativas contribuyan a mejorar la imagen que se tiene de la población LGBTIQ+ en la ciudad, por esto el certamen lleva como nombre “Miss Universe Queer, belleza con propósito”.
“Eso fue el batacazo”, dice Villalobos para asegurar que la primera edición fue todo un éxito. Además, resalta la oportunidad que representó este espacio para promover la integración entre la población LGBTIQ+ bumanguesa y migrante. “Desde el 2021, hemos contado con la participación de chicas venezolanas y colombianas. De hecho, ese año el certamen lo ganó Venezuela y ella propuso una labor de trabajo con habitantes de calle. Salió a la calle a trabajar con esta población y los benefició con comida, ropa, entre otros”, explica.
El evento ha generado tanto auge que Villalobos ha recibido el apoyo de organismos de cooperación internacional como OIM, Coprodinco, ACNUR y algunas organizaciones locales para la realización de las labores sociales. Por esto, desde la segunda versión en adelante, las candidatas realizan labores sociales en conjunto. “Hemos apoyado a adultos mayores, habitantes de calle y madres cabeza de hogar. El objetivo de esto es dar el mensaje de que dentro de la comunidad LGBTIQ+ hay personas activas, que pueden trabajar por la población más vulnerable del departamento”, insiste
Asimismo, y con el objetivo de promover la inclusión de personas queer en este espacio, desde el año 2023 se abrieron dos categorías, Queer y Mujer Trans, para brindar más posibilidades de participación y en ese año la santandereana Catalina Mendoza fue coronada como ‘Miss Universo Trans’ y la representante de Venezuela, Veruzhka De Sorzi, fue coronada como ‘Miss Universo Queer’. Además, se ha contado con la inclusión de candidatas de otras ciudades del país. En la acutalidad, ‘Miss Universe Queer, belleza con un propósito’ se prepara para su cuarta edición en el mes de agosto.
Redes de apoyo diverso
Gracias a su cercanía con los organismos de cooperación internacional y a la sugerencia de las organizaciones LGBTIQ+ sobre la necesidad de tener un rostro que representara a la población trans migrante, que cada día crecía en número, Viviana se convirtió en la líder de la red de mujeres trans migrantes en Bucaramanga. Ella afirma que este es un espacio especial, ya que, en su mayoría, las personas con experiencia de vida trans migran solas y no cuentan con una red de apoyo que les acompañe en el proceso de adaptarse e integrarse en un nuevo país.
Como líder, y con el apoyo de la cooperación internacional, y recientemente del Centro Intégrate, Viviana ha encabezado varias acciones a favor de la población trans migrante que reside en Bucaramanga. Entre ellas destaca el cambio de nombre en el Permiso de Protección Temporal. Aunque el artículo 36 de la Resolución 971 de 2021 establece que las personas transgénero pueden registrarse en el Registro Único de Migrantes Venezolanos (RUMV) y obtener el Permiso por Protección Temporal (PPT) con su género y nombre identitario, el proceso para realizarlo es poco conocido por la población e implica la expedición de unas escrituras públicas que, según Villalobos, tiene un costo notarial alto para algunas personas.
Por este motivo, a través del proyecto ‘ProBono Sin Fronteras’, ejecutado por la Fundación ProBono y apoyado por ACNUR, logró conseguir un acompañamiento jurídico y económico para realizar este proceso y beneficiar a 6 mujeres. Sin embargo, asegura que la red de Mujeres Trans Migrantes está conformada por más de 20 personas. “Esto es muy importante, ahí empieza todo, porque es muy vergonzoso para una como mujer que le llamen por un nombre masculino y que no te identifiques con él. Aunque sí debo anotar que en Colombia son muy respetuosos con eso. Por ejemplo, en las entidades prestadoras de salud, los médicos se dan cuenta y nos preguntan cómo queremos ser llamadas”, acota Villalobos sobre este tema.
Precisamente, la Defensoría del Pueblo, en su informe anual ‘Una Radiografía del Prejuicio’, expuso que los procesos lentos de regulación migratoria limitan la integración económica de la población LGBTIQ+ migrante e impiden el acceso a servicios básicos como salud y educación. Esto provoca la pérdida de años lectivos curriculares y potencia la deserción escolar dentro de la población. “De hecho, en el primer certamen, la Gobernación de Santander nos concedió becas universitarias para las candidatas y la gran mayoría no cumplieron con el requerimiento, algunas no tenían ni bachillerato”, comenta Viviana.
“Hay mucho por hacer”, puntualiza Viviana. La Defensoría del Pueblo también es clara al advertir que las mujeres transgénero son las principales víctimas de violencia contra la población OSIGD (Orientación Sexual e Identidad de Género Diversa) / LGBTI en Colombia. Un ejemplo de esto es el acceso al empleo, donde la organización Caribe Afirmativo asegura que las mujeres con experiencias de vida trans se ven expuestas a explotación laboral, violencia verbal, mala remuneración y, constantemente, son condicionadas a no vestirse ni expresarse de acuerdo a su identidad de género.
Entre tanto, el trabajo de Viviana continua y en el futuro espera que ‘Miss Universe Queer’ sea un certamen de lujo. “Conmigo o sin mi, pero que crezca y Bucaramanga sea un referente de integración de la población, pero, principalmente, que seamos aceptadas y que digan, mira es que la población trans hace cosas bonitas”, concluye.
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