La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, ha defendido este sábado sus perspectivas de cooperación con partidos de ultraderecha en el Parlamento Europeo de cara a las próximas elecciones de junio, a pesar de las duras críticas recibidas, como las efectuadas por el canciller de Alemania, Olaf Scholz.
En una entrevista concedida a la emisora Deutschlandfunk, la política de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ha explicado que su intención es la de “ganarse a las fuerzas políticas que son tan importantes para la mayoría de centro” y ha pedido que la atención no se centre en los grupos parlamentarios, sino en los propios eurodiputados.
“El criterio para mí es que los diputados con los que queremos trabajar, a los que hacemos una oferta, estén a favor de Europa, a favor de Ucrania, es decir, contra Rusia, y a favor del Estado de derecho”, ha indicado.
En abril, Von der Leyen ya avanzó que no descartaría descartar la cooperación con el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, que también incluye al partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el ultraderechista Hermanos de Italia.
Scholz ha defendido que la Comisión Europea no debería apoyarse en la extrema derecha para su próximo mandato. El jefe del Gobierno alemán se declaró en rueda de prensa “muy entristecido por la ambigüedad de algunas de las declaraciones políticas escuchadas recientemente” y añadió que su postura es clara: “Solo será posible establecer una presidencia de la Comisión basada en los partidos tradicionales. (…) Cualquier otra cosa sería un error para el futuro de Europa”.
La presidenta de la Comisión sí ha descartado en cualquier caso colaborar con la extrema derecha de Identidad y Democracia, que aglutina a formación euroescépticas del centro y norte de Europa como Alternativa para Alemania (AfD), Reagrupación Nacional (Francia) o Liga (Italia).
Von der Leyen es la candidata del Partido Popular Europeo (PPE) a un nuevo mandato de cinco años como presidenta de la Comisión Europea. Para ello necesita el apoyo de la mayoría simple del Parlamento Europeo salido de las elecciones previstas para los días 6-9 de junio.