A la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Bucaramanga llegó el cuerpo sin vida de Carlos Hernán Ropero Cañizares, de 28 años, quien murió ahogado en el municipio de San Alberto, sur del Cesar, el pasado jueves, 17 de octubre.
Trispolo Ropero, hermano de la víctima, señaló a Q’hubo que él tenía síndrome de Down y al momento de los hechos era transportado al lomo de mula entre la zona rural de San Alberto hasta la vereda Santa Helena, jurisdicción del municipio de Abrego, Norte de Santander.
“Un sobrino lo llevaba para la casa. Lo recogió, lo montó en la bestia y el problema fue que al pasar el río, lo tumbó de la silla y cayó al agua”, indicó el familiar.
Carlos Hernán no sabía nadar y prácticamente perdió la vida minutos después de caer a las aguas. 12 horas después, el cuerpo sin vida pudo ser encontrado y rescatado.
“El sobrino intentó agarrarlo, pero murió ahogado y estropeado por las piedras con las que se golpeó. El problema era que no tenía fuerza en las manos, en los pies, para nadar, tenía síndrome de Down”, añadió Trispolo.
Autoridades llegaron hasta la apartada zona rural a efectuar el levantamiento del cadáver del hombre de 28 años.
La Policía decidió trasladar hasta la morgue Medicina Legal en Bucaramanga el cuerpo para que se adelantara la necropsia y demás actos acciones que permitirán esclarecer con exactitud la muerte.
Ropero Cañizares vivía con un hermano en una humilde finca. Nunca tuvo ayuda profesional para tratar su discapacidad.
“Para caminar le tocaba de la mano, él no hablaba.Lo que sí es que comía y hacía sus necesidades solo. Era el consentido de todos los hermanos y uno de ellos quería llevarlo para su casa en la vereda de Abrego, que la entrada es por San Alberto, a pasar unos días”, concluyó el familiar.
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