El 18 de agosto, en Chiclayo, región Lambayeque, murió Jainer Moisés Pinedo Vargas, conocido como el ‘Ingeniero Bailarín’, falleció en el Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo de EsSalud debido a complicaciones derivadas del dengue.
El Ingeniero Bailarín, que había contraído la enfermedad hace dos semanas mientras trabajaba en la provincia de Condorcanqui, Amazonas, vio cómo su estado de salud se deterioraba rápidamente. Inicialmente atendido en Bagua, fue trasladado al hospital de Chiclayo cuando los médicos descubrieron que presentaba un derrame pleural, complicación que sumó a la neumonía que había desarrollado.
En Chiclayo, Jainer Moisés Pinedo fue sometido a un drenaje pulmonar que mostró una leve mejoría, pero el 14 de agosto sufrió una recaída que lo llevó a la Unidad de Cuidados Intermedios (UCIM). A pesar de los esfuerzos médicos, la acumulación de líquido en los pulmones le causó un paro respiratorio en la mañana del 18 de agosto. Los doctores, a las 9:00 a.m., certificaron su fallecimiento.
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La Red Prestacional Lambayeque de EsSalud confirmó la triste noticia con un comunicado en el que expresaron su pesar por la muerte del ‘Ingeniero Bailarín’. La institución destacó la atención integral y continua que Pinedo Vargas recibió durante su estancia hospitalaria. “La Gerencia de la Red Prestacional Lambayeque de EsSalud extiende sus más sentidas condolencias a la familia, amigos y seres queridos. Nos unimos en oración por su eterno descanso”, finalizó el comunicado.
Una última muestra de optimismo
El 1 de agosto, apenas días antes de su fallecimiento, Jainer Pinedo compartió un último mensaje en sus redes sociales. En un video publicado en su cuenta de Instagram, se le veía bailando con su característico entusiasmo, vestido con una bata de hospital. A pesar de su delicado estado de salud, Pinedo mostró su fortaleza y alegría, comentando: “Hace tiempo quería hacer este trend, pero no se podía. Ahora con 20 % de energía se puede hacer”.
Su optimismo y valentía conmovieron a miles de seguidores, quienes lo elogiaron por su espíritu inquebrantable. “Enfermo que no baila, no muere”, añadió en su mensaje, logrando arrancar sonrisas y dejando un legado de positivismo hasta sus últimos días.
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