Andrés Pino González, de 25 años, fue asesinado frente a su vivienda por un sujeto disfrazado de “escobita”, quien le propinó cuatro disparos y luego escapó del lugar.

El crimen se perpetró el pasado viernes, 20 de septiembre, en el sector San Vicente de Paul, en el barrio Daniel Lemaitre de Cartagena, hacia las 2:37 p.m. Justo a esa hora el joven hablaba con su madre, quien para el momento se encontraba en Estados Unidos, por videollamada.

“De un momento a otro la imagen comenzó a salir defectuosa por el celular y alcancé a escuchar los tiros. Cuando mi nuera cogió el celular, pregunté enseguida qué había pasado y ella de inmediato me dijo que le habían disparado a Andrés”, dijo al diario El Universal Andreina, madre del joven.

Aunque Pino González alcanzó a ser auxiliado y llevado hasta un centro médico, falleció mientas recibía atención. Las balas lo impactaron en el rostro, un brazo y el pecho.

Este martes, 24 de septiembre, la madre de la víctima llegó a Colombia y se trasladó a las instalaciones de Medicina Legal, en Cartagena, para reclamar el cuerpo de su hijo.

“Mi hijo ni siquiera salía de la casa, mantenía siempre con su familia. Pocas veces salía, no era de andar en bailes ni nada de eso”, comentó al citado medio Andreina.

Andrés Pino era oriundo de Caracas (Venezuela), el segundo de los cuatro hijos de Andreina y a Cartagena llegó hace seis años. Residía con su pareja e hija, de seis años, en el barrio Daniel Lemaitre. En la vivienda, además, Andrés atendía de jueves a domingo un puesto de comidas rápidas.

El día del atentado, Andrés pasó toda la mañana junto con su hija y su esposa en la casa. Hasta el mediodía estuvieron acompañando a la niña mientras ella se bañaba en una piscina inflable, que le pusieron frente a la vivienda.

Luego del almuerzo, el joven llevó a su hija al colegio en una moto que había comprado esa semana. Una vez regresó a su hogar, recogió la piscina y se quedó hablando por celular en la escalera que va al segundo piso de su casa y que está en toda la terraza.

Andrés estaba justo con el celular en la mano cuando el sicario disfrazado de escobita se le acercó y le disparó a quemarropa y sin mediar palabras. El pistolero aprovechó la confusión para escapar como parrillero en una moto, cuyo conductor lo recogió al instante que sonaron los disparos.

Sicario siguió a su víctima

Aunque la Policía Metropolitana no ha reportado capturas por este atentado, las indagaciones preliminares indican que, el sicario le realizó un seguimiento a su víctima desde la tarde del jueves 19 de septiembre, cuando lo vieron comprar en una tienda del sector.

El hombre, dicen testigos, se disfrazó como “escobita” y desde la tarde del jueves no se fue de la calle donde residía su víctima. El viernes (20), el sicario siguió con sus labores de inteligencia sin que nadie se percatara de que se trataba de un disfraz.

El hombre esperó que la victima estuviera sola en la puerta de su casa, luego de llevar a su hija al colegio, para dispararle. Los familiares de Andrés tienen claro que a este sujeto le pagaron para cometer el crimen.

Ante unas versiones que han sido publicadas en algunos portales digitales de la ciudad, Andreina le contó a El Universal que ni ella ni su familia tienen problemas ni enemigos, asegurando que en Cartagena le ha tocado andar en mototaxis para realizar las diligencias con el sepelio de su hijo.

“Me han relacionado con algunas situaciones que no tienen nada que ver con mi vida y por eso me pongo a disposición del Ministerio Público y de la Fiscalía para que investiguen bien. Hay cámaras de seguridad que grabaron el atentado y al sicario, y por eso espero que puedan capturar a este tipo”, concluyó Andreina.

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