El pasado martes 18 de junio ocurrió el macabro crimen en el que un menor de 16 años confesó haber asesinado y desmembrado el cuerpo de otro joven en el barrio Las Granjas, en Manrique, comuna 3 de Medellín.
Después de cometer el crimen, el menor fue hasta la estación de policía del barrio para confesar y dar detalles de lo ocurrido. Los uniformados siguieron las indicaciones y efectivamente encontraron partes del cuerpo de la víctima regadas por diferentes lugares.
Mientras hacían las labores de inspección, otra menor de edad, de 17 años, se acercó a los uniformados y también confesó haber participado en los hechos. Los dos menores fueron puestos a disposición de la Policía de Infancia y Adolescencia.
Hasta el momento, se había conocido que el menor de edad que se presentó primero a la estación de policía habría dicho que la víctima ingresó a su vivienda, al parecer para atacarlos con arma blanca, y él se defendió. Sin embargo, las autoridades aclararon que sería la investigación que se adelante la que permita esclarecer las circunstancias y las causas de este homicidio, pues los dos menores de edad estaban dando nuevas declaraciones.
Justamente este miércoles, 26 de junio, un juez de control de garantías impuso medida de internamiento preventivo en centro especial para los dos menores. Ambos aceptaron los delitos de tortura y homicidio agravado imputados por una fiscal de la Unidad de Responsabilidad Penal para Adolescentes (URPA).
Aunque por ahora las autoridades no han dado nuevos detalles de los móviles del crimen, el medio de comunicación local El Bagre en Línea dio a conocer hace unos días detalles de la víctima y de la relación que este tendría con sus victimarios.
Revelaron que la víctima era Brayan Salas Loaiza, un joven oriundo de El Bagre que tenía 19 años y que trabajaba en una finca cafetera hace dos años en el municipio de Andes, suroeste antioqueño.
Allí, dice el medio digital, conoció a quien sería su victimario, con quien estableció una relación cercana. Al quedarse sin trabajo en la finca, Salas aceptó una invitación del adolescente (de quien no ha trascendido su identidad) para viajar a Medellín a trabajar en un lavadero de carros.
Salas habría llegado a Medellín el 17 de junio, apenas un día antes de que lo encontrara la muerte, y se hospedó supuestamente en la casa del joven que terminó asesinándolo. Hasta ese día, Salas se comunicó con su madre.
Al parecer, el joven fue asesinado mientras dormía y sus victimarios decidieron entregarse después de que fueran captados por unas cámaras de seguridad mientras intentaban desaparecer el cuerpo desmembrado de salas.
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