En los Juegos Olímpicos de París 2024, la pelea de los octavos de final en la categoría hasta 66 kilos entre la boxeadora italiana Angela Carini e Imane Khelif de Argelia desató una fuerte controversia. Carini, subcampeona mundial en 2019, abandonó el combate tras solo 46 segundos, citando un dolor intenso como motivo de su retiro. “Nunca había sido golpeada tan fuerte”, comentó la italiana sobre el breve pero intenso enfrentamiento.
Khelif, que salió victoriosa por abandono de Carini, es el centro de una discusión que revive el debate sobre la participación de atletas hiperandrógenas en competiciones femeninas. El caso de Khelif no es nuevo; en 2023, fue descalificada del Mundial Amateur por no superar un test hormonal, que mostró niveles de testosterona superiores a los promedios femeninos. La controversia llevó a algunos a sugerir que podría ser una mujer transgénero, algo que Khelif rechazó y que atribuyó a una campaña de bullying en su contra.
El Comité Olímpico Internacional (COI) permitió que Khelif, al igual que la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting, participara en la clasificación para los Juegos de París, basándose en las reglas establecidas desde los Juegos de Río 2016. Estas reglas han sido objeto de críticas y debates, particularmente sobre su aplicación en el caso de atletas con niveles de testosterona elevados.
El hiperandrogenismo, condición médica que implica altos niveles de hormonas masculinas en el cuerpo, puede provocar síntomas como acné severo, hirsutismo y problemas menstruales en mujeres. Las causas pueden variar desde el síndrome de ovario poliquístico hasta hiperplasia suprarrenal congénita. El diagnóstico y tratamiento implican pruebas hormonales y evaluación clínica para tratar los síntomas específicos.
En el contexto de los Juegos Olímpicos, la polémica ha atraído la atención de figuras públicas como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien criticó al COI por permitir la participación de atletas con características genéticas masculinas en competiciones femeninas. El presidente argentino, Javier Milei, también se unió a las críticas, mientras que Khelif ha recibido apoyo significativo de las autoridades argelinas.
El COI ha defendido la elegibilidad de Khelif y Lin, argumentando que las pruebas de testosterona no son perfectas y que muchas mujeres pueden tener niveles similares a los de los hombres sin dejar de ser mujeres. Esta declaración busca equilibrar la equidad en el deporte con el respeto a los derechos de los atletas.
¿Qué es el hiperandrogenismo?
El hiperandrogenismo es una condición médica caracterizada por niveles excesivos de andrógenos en el cuerpo, principalmente en mujeres. Los andrógenos son hormonas sexuales masculinas, siendo la testosterona la más conocida. Aunque estas hormonas están presentes en ambos sexos, su exceso en mujeres puede llevar a una serie de síntomas y complicaciones.
El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) es la causa más común de hiperandrogenismo en mujeres. Esta condición se caracteriza por la presencia de múltiples quistes en los ovarios, lo que puede llevar a una producción excesiva de andrógenos. Los síntomas asociados con el SOP incluyen acné, hirsutismo y problemas menstruales, todos relacionados con los altos niveles de hormonas masculinas en el cuerpo.
Otra causa significativa de hiperandrogenismo es la Hiperplasia Suprarrenal Congénita, un trastorno genético que afecta las glándulas suprarrenales. Este trastorno provoca una producción excesiva de andrógenos debido a la deficiencia de enzimas responsables de la síntesis adecuada de hormonas. Las mujeres con hiperplasia suprarrenal congénita pueden experimentar síntomas similares a los del SOP, así como irregularidades en el ciclo menstrual.
Los tumores productores de andrógenos, aunque menos comunes, también pueden causar hiperandrogenismo. Estos tumores pueden desarrollarse en los ovarios o en las glándulas suprarrenales y se caracterizan por la producción de grandes cantidades de andrógenos, lo que puede llevar a síntomas como acné severo y crecimiento excesivo de vello.
La resistencia a la insulina, a menudo asociada con el SOP, también puede contribuir al hiperandrogenismo. Esta resistencia puede llevar a un aumento en la producción de andrógenos y, en consecuencia, agravar los síntomas del hiperandrogenismo, exacerbando problemas como el acné y el hirsutismo.
Los síntomas del hiperandrogenismo pueden variar en severidad y manifestarse de diferentes maneras. Uno de los síntomas más notables es el hirsutismo, que se caracteriza por el crecimiento excesivo de vello en áreas típicamente masculinas, como la cara, el pecho y la espalda. Este exceso de vello puede tener un impacto significativo en la autoestima de las personas afectadas.
Otro síntoma común es la alopecia androgénica, que se presenta como pérdida de cabello en el cuero cabelludo, similar a la calvicie masculina. Esta condición puede llevar a un adelgazamiento del cabello y a áreas visibles de calvicie en mujeres. Además, el acné y la seborrea son frecuentes debido al aumento en la producción de sebo, que puede resultar en una piel grasa y la aparición de brotes de acné.
Los trastornos menstruales también son indicativos de hiperandrogenismo, y se manifiestan como ciclos menstruales irregulares o incluso ausencia de menstruación (amenorrea). En casos más severos, puede haber virilización, donde las mujeres experimentan una profundización de la voz, aumento de la masa muscular y disminución del tamaño de los senos.
El diagnóstico del hiperandrogenismo suele ser complejo y se basa en una combinación de evaluaciones. Primero se realiza una historia clínica y examen físico para evaluar los síntomas y antecedentes médicos del paciente. Luego, se llevan a cabo pruebas de laboratorio para medir los niveles de andrógenos en la sangre, incluyendo testosterona libre y total. En algunos casos, se utilizan imágenes como ecografías o tomografías para detectar quistes ováricos o tumores suprarrenales que podrían estar contribuyendo a la condición.
El tratamiento del hiperandrogenismo depende de la causa subyacente y puede incluir diversas estrategias. Los medicamentos antiandrógenos, como la espironolactona y el acetato de ciproterona, ayudan a reducir los niveles de andrógenos. Los anticonceptivos orales son útiles para regular los ciclos menstruales y aliviar los síntomas relacionados. En casos de resistencia a la insulina, especialmente en pacientes con SOP, se utiliza metformina para mejorar la sensibilidad a la insulina. Además, cambios en el estilo de vida, como la pérdida de peso y el ejercicio regular, pueden tener un efecto positivo en la mejora de los síntomas, particularmente en casos asociados con el SOP.
El hiperandrogenismo puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las mujeres afectadas. Los síntomas físicos pueden llevar a problemas de autoestima y ansiedad. Además, los trastornos menstruales y la infertilidad pueden afectar la salud reproductiva y emocional.
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