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El sueño que se convierte en pesadilla: la dura realidad de las niñeras colombianas en EE.UU.

El “sueño americano” sigue siendo uno de los principales propósitos de muchos colombianos que buscan mejorar sus condiciones de vida. Una de las opciones más populares entre las mujeres jóvenes es trabajar como cuidadoras de menores de edad en Estados Unidos, a cambio de vivir una pasantía cultural enriquecedora. Este tipo de programas permite a las participantes experimentar una nueva cultura, aprender el idioma y ganar dinero mientras cuidan a niños.

Sin embargo, no todas las experiencias resultan tan positivas como se espera. Si bien muchas mujeres logran establecer una conexión fuerte con las familias y disfrutar de una experiencia gratificante, otras enfrentan condiciones adversas. En algunos casos, se han reportado situaciones de maltrato y explotación laboral, que derivan en conflictos legales y emocionales para las cuidadoras.

Denuncias de esclavismo, retención y persecución han salido a la luz en diversos medios, evidenciando que algunas de estas mujeres son sometidas a largas jornadas de trabajo sin la retribución adecuada, además de restricciones en su libertad personal.

Estas situaciones generan preocupación tanto para las familias en Colombia como para las autoridades migratorias y laborales de Estados Unidos.

A pesar de estos casos, el programa sigue siendo una opción atractiva para muchas jóvenes, aunque se recomienda investigar exhaustivamente sobre las familias y las condiciones laborales antes de embarcarse en esta aventura. Las organizaciones de apoyo a trabajadores migrantes sugieren estar atentas a cualquier señal de abuso y saber a quién acudir en caso de necesitar ayuda.

Duros testimonios de niñeras colombianas en Estados Unidos

La revista Semana conoció algunos testimonios de estas jóvenes que son realmente dramáticos.

El programa Au Pair, conocido por ofrecer a jóvenes la oportunidad de trabajar como cuidadoras en el extranjero mientras aprenden una nueva cultura y lengua, está enfrentando serias críticas por parte de varias colombianas que lo han experimentado.

Aunque se presenta como una opción atractiva de intercambio cultural, algunas participantes denuncian que sus experiencias en Estados Unidos distan mucho de lo prometido.

El programa, administrado en Estados Unidos por el Departamento de Estado, conecta a jóvenes entre 18 y 26 años con familias anfitrionas, prometiendo una experiencia de integración cultural y trabajo remunerado. Sin embargo, testimonios de varias participantes revelan que, en algunos casos, las jóvenes han sido sometidas a condiciones laborales abusivas y explotadoras.

Juliana Sánchez (nombre cambiado por razones de seguridad), es una de las tantas que soñaba con mejorar su inglés y vivir una experiencia internacional, pero lo que encontró fue un ambiente de explotación. En una entrevista con Semana, afirmó: “Me sentí engañada y explotada. Lo que ganaba no era ni siquiera un sueldo mínimo y el trabajo superaba las 45 horas semanales que estipula el contrato”. Además, asegura que las labores excedían lo acordado, siendo forzada a realizar tareas domésticas que iban más allá del cuidado de los niños.

Les prohiben hablar español dentro de la casa
Otra de las denunciantes, Carolina López, relata que se le pidió “ser parte de la familia”, pero pronto eso significó cumplir con todas las demandas del hogar. “Además de cuidar al niño, tuve que asumir las tareas del hogar como limpiar, cocinar y lavar, sin recibir compensación adicional”, aseguró en la misma entrevista.

Las quejas no se limitan al salario o las horas de trabajo. Muchas jóvenes denuncian maltrato psicológico y condiciones restrictivas.

Sandra Ospina recuerda que, en su caso, le prohibieron hablar español en casa y era constantemente vigilada.

“Incluso me pusieron dispositivos para escuchar mis conversaciones privadas con mi familia”, dijo, haciendo referencia a una Alexa instalada en su habitación.

La salud tampoco parece ser un factor relevante para algunas familias anfitrionas. Una joven compartió que, a pesar de haber contraído COVID-19, se le exigió continuar con su horario habitual, sumando horas extras. “Me trataban como si no fuera humana. Fue una experiencia muy dura”, afirmó.

Si bien el programa Au Pair busca promover un intercambio cultural y ayudar a las jóvenes a mejorar sus habilidades lingüísticas, algunas de las participantes aseguran que en la práctica esto no siempre se cumple.

A menudo, el trato recibido las hacía sentir como mano de obra barata, sin las garantías o la protección adecuadas.

Niñeras aseguran que no todo es negativo en Estados Unidos

A pesar de las denuncias, algunas jóvenes afirman que no todas las experiencias son negativas.

“Me cuidaban bien y me llevaban de viaje”, dijo una de las pocas que tuvo una experiencia más positiva, aunque también reconoce que el éxito de la experiencia depende en gran medida de la familia que se elija.

El programa Au Pair sigue siendo una opción popular para muchas jóvenes de América Latina, pero las denuncias ponen en evidencia la necesidad de revisar las condiciones laborales y las garantías que se ofrecen a las participantes.

Además, los costos iniciales, como los trámites de visa y exámenes médicos, que pueden llegar a los siete millones de pesos colombianos, suman otro factor de preocupación para quienes consideran esta opción.

Las experiencias compartidas por estas mujeres en su entrevista con Semana llaman la atención sobre la importancia de estar bien informadas antes de embarcarse en programas de intercambio cultural que, a pesar de prometer una experiencia enriquecedora, pueden resultar en situaciones de explotación laboral y abuso.

La entrada El sueño que se convierte en pesadilla: la dura realidad de las niñeras colombianas en EE.UU. se publicó primero en Q’hubo Bucaramanga.

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