La comunidad del espectáculo argentino se congregó para despedir a Roberto Tito Cossa. El notable dramaturgo, autor de títulos inmortales como El viejo criado, Gris de ausencia y La Nona, murió a los 89 años y dejó un legado invaluable entre sus colegas y el público.
En la mañana del viernes, sus restos fueron velados en el hall de la Sociedad General de Autores Argentinos (Argentores), la entidad de la que fue presidente entre 2007 y 2014, y hacia allí se dirigió la comunidad artística para darle el último adiós.
Su esposa Maria Elena Armentano, su hijo Mariano Cossa, el actor y director Mauricio Dayub y el productor teatral Carlos Rottemberg fueron de los primeros en arribar al edificio ubicado en Pacheco de Melo al 1800 para despedir al autor. Allí se los vio charlando y recordando anécdotas de una vida ligada al mundo artístico. Con el correr de la jornada, se acercaron los actores Jorge Marrale, Carolina Papaleo y Horacio Roca; los dramaturgos Sergio Vainmann -vicepresidente de Argentores- Horacio y Eva Halac; los periodistas Víctor Hugo Morales, Nora Lafón y Luis Pedro Toni, y Taty Almeida, la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, entre otras personalidades que rindieron homenaje al guionista.
Una ceremonia respetuosa y emotiva, en el que la vida y obra de Cossa estuvieron presentes en cada saludo y en cada recuerdo de quienes fueron compañeros, admiradores o simplemente público de una trayectoria intachable. Una vez finalizado el velatorio, un cortejo reducido, encabezado por su hijo, su viuda y los allegados más íntimos, partió con destino al Cementerio de la Chacarita, donde, sin pasar por la capilla, sus restos fueron cremados, de acuerdo a la voluntad de la familia. Las cenizas del dramaturgo serán trasladadas a la bóveda de escritores del Cementerio de la Recoleta.
Cossa había nacido el 30 de noviembre de 1934, casualmente la fecha en la que se celebra el Día Nacional del Teatro y Día del Teatro Independiente, en conmemoración de la fecha de fundación del Teatro del Pueblo. A los 30 publicó su primera obra, Nuestro fin de semana, que marcó el inicio de una obra prolífica que lo sitúa entre los referentes ineludibles de la dramaturgia nacional.
Fue uno de los exponentes de la denominada “Generación del Nuevo Realismo”, senda marcada por Carlos Gorostiza. Al margen de su trabajo como creador, fue un ferviente defensor de autores y autoras, y del arte en general en nuestro país. En 2007, se convirtió en presidente de Argentores y también fue presidente de la Fundación Carlos Somigliana para el estímulo del autor teatral e integrante de la conducción del histórico Teatro del Pueblo. Además, como militante por los derechos humanos, integró la Comisión por la Memoria que preside el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
Además, en 1981 Cossa fue partícipe en la creación de Teatro Abierto, un movimiento cultural que funcionó tanto como expresión artística y de protesta contra la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), mientras todavía estaba vigente un régimen de terrorismo de Estado en el país, y que aún continúa realizándose. En la fachada del edificio de Argentores, una placa de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en su homenaje.
Entre otros galardones recibió el Premio Nacional de Teatro de Argentina, Premio a la Trayectoria de la Ciudad de Buenos Aires, Premio de Honor de Argentores, el Premio del Público y de la Crítica de España, y Premio Konex de Platino -en reconocimiento como el más importante escritor de Teatro de la década en Argentina– y el “Rosa de cobre” de la Biblioteca Nacional. También fue nombrado Ciudadano Ilustre de su amada Ciudad de Buenos Aires y las Madres de Plaza de Mayo le otorgaron la distinción “Veinte años juntos” por su compromiso con los derechos humanos.
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