El portavoz de IU en el Congreso de los Diputados y secretario general del PCE, Enrique Santiago, ha advertido este martes desde Córdoba que Europa se enfrenta en estos momentos al riesgo de “un conflicto armado generalizado, como no ocurría desde los tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial”.
Así lo avisado el también portavoz adjunto de Sumar en el Congreso de los Diputados, en el marco de la conferencia titulada ‘Europa y el mundo ante el reto de una guerra evitable’, que ha pronunciado en el Rectorado de la Universidad de Córdoba (UCO), en el marco del Máster en Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos, que desarrolla la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la UCO.
En este contexto, Santiago ha lamentado que, para la guerra en Ucrania, resulta “imposible” encontrar soluciones diplomáticas negociadas “porque ni la Unión Europea (UE) ni Naciones Unidas (ONU) ni la OSCE ponen sobre la mesa propuestas en ese sentido, sino todo lo contrario”, ya que lo que se está produciendo es “un incremento del presupuesto militar”, en el marco de una carrera armamentística que lo único que lograra es “complicar una guerra que no tiene una salida militar a la vista”.
Por otra parte, Santiago ha señalado que en Oriente Medio “el genocidio” del que es víctima el pueblo palestino viene acompañado de los “permanentes ataques de Israel a los países de su entorno, provocando un alto riesgo de generalización del conflicto en toda la región”.
A ello hay que sumar, según ha indicado en su conferencia el también diputado nacional de Sumar por Córdoba, la “permanente expansión de la armada estadounidense” en el mar de China, “en una clara amenaza a esta potencia mundial”, preguntándose Santiago que ocurría si fuera al revés, es decir, si la armada china patrullara entre Florida (Estados Unidos) y Cuba, “con la excusa, por ejemplo, de proteger al pueblo cubano”, que sufre un “boicot comercial y sanciones económicas por parte de Estados Unidos”.
En cualquier caso y más allá de estas situaciones bélicas o prebélicas, Enrique Santiago ha aludido a como impera “la renuncia consciente a utilizar medios de resolución pacífica y diplomática de conflictos de los que dispone la comunidad internacional”, apostando, en cambio, por “un incremento de la escalada militar”.
A ello se une, a su juicio, la “incapacidad de las instituciones mundiales y europeas encargadas de velar por la paz y la cooperación para imponer una solución” no bélica a los diversos conflictos, algo que “podría hacer Naciones Unidas con el acuerdo del Consejo de Seguridad”, pero que no llega a sustanciarse ahora, a la vez que prolifera “un discurso belicista” entre “importantes responsables políticos, que lo que hacen es calentar más el conflicto y el ambiente prebélico”.
Es más, se está produciendo una “reorganización de la actividad económica, priorizando el desarrollo de la industria militar y el incremento del gasto armamentístico”, como motor del crecimiento económico e industrial, siendo prueba de ello la aprobación de “grandes líneas de crédito público para gasto armamentístico por parte del Banco Europeo de Inversiones”.
Como añadido a todo ello, según ha explicado Enrique Santiago, está “el ascenso de la ola reaccionaria, de los nuevos fascistas”, lo que, por primera vez y tras las próximas elecciones al Parlamento Europeo, podría dar lugar a una mayoría de la derecha y la ultraderecha, recordando en este punto el portavoz parlmentario de IU que el estallido de la Segunda Guerra Mundial se produjo tras el ascenso al poder del nazismo en Alemania y del fascismo en Italia.
En este contexto, según ha lamentado Santiago, resulta que “ni en España ni en Europa existe una correlación de fuerzas políticas suficiente”, desde el ámbito institucional, “para paralizar esta espiral armamentista y prebélica”, pero sí que existe una “poderosa sociedad civil estructurada, capaz de movilizarse para parar la guerra”, lo cual es clave para “seguir disfrutando los derechos sociales”, porque “la guerra hace imposible el disfrute de los derechos políticos y sociales”.
Por eso, según ha concluido, es imprescindible “que se implique toda la sociedad en levantar un clamor de paz”, para así reclamar a las instituciones la construcción de “políticas activas de paz”, y que se empleen todos los “medios de resolución pacífica de conflictos” disponibles “para evitar llegar a una situación de guerra generalizada”.